sábado, 20 de diciembre de 2014

Las peripecias de una madre trabajadora

Creo que ser madre trabajadora hace que demos más, y no intento decir que quien se dedica o se dedicó de lleno a los hijos, no fuera buena, lo que trato de explicar es que hacemos maravillas, recuerdo llevar al Güerito (el segundo de mis tres hijos) en porta-bebe de solo tres meses conmigo a la escuela, y sé que no está permitido, así que dejaba al director cuidándolo y si lloraba corría a buscarme, de pequeño mi Güerito fue tranquilo después de comer dormía, llegaba a mi casa a hacer de comer a recogerla casa a sentarnos todos a la mesa, creo que ya les dije que eso era para mí sagrado, estaba joven, después si nos daba tiempo podíamos salir al DIF que tenía algunos juegos, me gustaba cantarles hacerles magia, en fin tantas cosas y las vacaciones donde mi familia me esperaba para ir a Reino Aventura en aquel tiempo, comprarles ropa y en las Navidades sus juguetes, yo la verdad no sé cuándo lo supieron mis hijos, pero me dijo Lucha (la más pequeña) que ella tenía cinco años. Mac (mi hijo mayor) les dijo la verdad, pero yo no lo supe y seguí por buen tiempo haciéndolo.

Es verdad que al ser madre el trabajo se duplica, triplica, quintuplica y lo que le sigue, aunque yo considero que ser madre no es un trabajo, no obstante se necesita paciencia atención y volverse muchas en una, hay que sacar energía de donde una no sabía tiene, y cuando pensaba que se me habían acabado las fuerzas, una manita te abre los parpados y te pregunta Mami, ¿estás muerta? Y: ¡chazz! las recobras de nuevo, y por lo general con una sonrisa, ¿por qué? No es que el ser madre te vuelva sacrificada, simplemente toda aquella labor que relacionas a tus hijos, te hace feliz.




La madre en la crianza siempre tendrá el primer papel, porque para una madre esto es simplemente divina. En lo particular al ser madre me volvió muy creativa… yo podía hacer una casa con unas sábanas, un castillo con algunas cajas etc. podía inventar mil juegos. Invariablemente que me importaba mi trabajo y mi éxito profesional, y trate ser de las mejores, pero nunca en mi vida tuve tantas ganas de realizar sinfín de proyectos al mismo tiempo, como cuando mis hijos estuvieron pequeños ¡la maternidad me dio súper-poderes en todos los sentidos! El querer dar lo mejor a esas pequeñas personitas que dependían de mí, no solo me permitió sacar energía de los lugares más recónditos, además me dio muchas ideas que esa energía brotara como manantial